viernes, 28 de enero de 2011

Cuando los Números se Heredan



ENTREVISTA A ARELI PERALTA

POR CESAR CHUPINA. En su membresía en distintas entidades, la Licda. Arelí Peralta trabaja en pro del Centro Histórico porque lo ama. En él creció viviendo en un edificio patrimonial donde también sus señores padres tenían una de las oficinas contables más antiguas del país.

Dentro de las entidades a las que pertenece la Asociación Vicenta Laparra de la Cerda y la Casa de la Cultura del Centro Histórico de la cual es tesorera.

La oficina a su cargo, herencia de sus padres tiene 65 años. Pareciera que en la misma el tiempo no ha pasado porque se conservan los muebles originales.

“Yo nací y crecí entre estos escritores”, subraya la señora Peralta al comentarnos que se ha empeñado en mantenerlo todo lo más fiel posible a como lo tenían sus padres.

“La mayoría de los muebles siguen aquí. Sobretodo las máquinas de escribir… conservamos una de las primeras máquinas que vinieron a Guatemala”.

Arelí confiesa que le tiene un cariño especial al edificio y eso la hace quedarse en el Centro Histórico.

“Soy muy arraigada. Me es difícil desprenderme de los recuerdos. Algunos de nuestros clientes hasta me han ofrecido trasladar la oficina a otra área pero nunca he querido alejarme del lugar”. ¿Cree que el Centro Histórico tiene futuro? “Por supuesto. Llegará el día en que resurja. Quienes emigraron en el fondo sé que quieren volver pero no les gusta aceptarlo… La gente se emociona al recordar lo que aquí se hacía”.

Los padres de Arelí gradúan en época de Lázaro Chacón. En esa época los Contadores como Arelí eran tenedores de libros. En la oficina aún se conserva el título dado a su señora madre.

“Heredé los clientes de la época de mis padres-nos cuenta. Algunos de ellos me vieron crecer y ahora trabajo con algunos de los hijos y nietos de esos clientes. Mis padres llevan 16 años de fallecidos y me enseñaron el oficio. Trabajamos juntos mucho tiempo… Por ello, todos aquellos para quienes trabajo son como mi familia. Crecí junto a sus hijos. Me ven como sobrina. Es bonita la cadena. No cabe duda que los números también se heredan…”.

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