sábado, 28 de febrero de 2009

Cuaresma y Semana Santa



POR CESAR CHUPINA. Una de las actividades culturales que afecta todos los órdenes y sectores de la población guatemalteca es la conmemoración de la Cuaresma y la Semana Santa, a tal grado que a nivel internacional constituye un evento de gran envergadura, que provoca mucho interés turístico que es atraído especialmente por los eventos propios en la Antigua Guatemala, lo cual no quiere decir que en otros ámbitos no se desenvuelva con originalidad y el aporte de cada uno de los pueblos que habitan en nuestro territorio. Así, en el área garífuna es una festividad que se caracteriza por “ser alegre”; en el área maya, el toque ancestral es manifiesto en todas sus expresiones y en el área mestiza nos ofrece obra de arte de incalculable valor como las imágenes procesionales. El Centro Histórico de la ciudad de Guatemala es uno de los marcos idóneos para que la Cuaresma y la Semana se desarrollen, razón por la cual ha ido evolucionando y creciendo.

Para entender sus orígenes tenemos que volcar nuestra mirada al siglo XVI, cuando surgió el esplendor de las Cofradías Penitenciales en España tanto en Castilla como en Andalucía dando origen al culto externo con temas pasionarios especialmente durante la Semana Santa, en donde surgen las procesiones en las que se puede apreciar la pasión de Cristo. En la ciudad de Santiago de Guatemala se establecen las primeras cofradías penitenciales desde la segunda mitad del siglo XVI, misma que evolucionan a lo largo de la vida de este asentamiento, afectando en su organización a diferentes sectores sociales y culturales, integrando penitentes, estandartes, velas, andas y música. Hacia 1773 cuando la ciudad es destruida por los terremotos de Santa Marta y es trasladada al Valle de La Ermita también son trasladadas las cofradías, asociaciones y hermandades importantes. Con el transcurrir del tiempo, en la Nueva Guatemala de la Asunción, dichas organizaciones alcanzaron su propia identidad. La Antigua Guatemala surge en 1799, gracias a su desarrollo económico y de esta manera reaparecen las conmemoraciones de la Semana Santa, sin dejar a un lado sus raíces.

En el año de 2008, el Ministerio de Cultura y Deportes declaró a la Semana Santa patrimonio cultural intangible de la Nación en reconocimiento a la trascendencia histórica y sociocultural que tiene donde se conjugan arte, expresado en las alfombras, el adorno de las andas, la elaboración de altares, monumentos y huertos; historia en la presencia de las imágenes religiosas que vienen a ser personajes de gran importancia porque alrededor de cada una se conjugan estilo artístico, leyenda, historia y un anecdotario sin fin que une a todas las generaciones de guatemaltecos.

Con el arte y la historia se conjuga la gastronomía; la indumentaria de personas e imágenes y la naturaleza misma que se viste de color morado, el característico de la época en flores como los nazarenos, bouganvillias, estaticias o siempre vivas, jacarandas y otras y que nos brindan olores exquisitos como el pino, el serrín y el corozo que se conjugan con frutas, algunas comestibles como jocotes de pascua, ayotes y chilacayotes y otras que no pero que sirven para ornamentos en altares, alfombras, puertas y ventanas como el coralillo. En cuanto a los aportes de la naturaleza ofrece especial atención el incienso, que en su expresión original es producido de la sabia de ciertos árboles y que en la actualidad se ha enriquecido con su industrialización ofreciéndonos de tipo más artificioso.

El Ministro de Cultura Jerónimo Lancerio Chingo en la presentación a los medios de comunicación de un evento divulgativo sobre la Cuaresma y Semana Santa a realizarse en la ciudad de Antigua Guatemala con la participación de expertos tales como Lic. Miguel Álvarez, cronista de la ciudad de Guatemala; restaurador y decorador profesional, Jesús Castillo; Monseñor José Ramiro Pellecer y Celso Lara Figueroa expresó su satisfacción por haber estado en la gestión y realización de la declaratoria de la Semana Santa como Patrimonio Cultural Intangible de la Nación.

Comentaba el entonces Ministro de Cultura, Lic. Jerónimo Lancerio, en la actividad mencionada que considera imprescindible que a nivel internacional se le declare Patrimonio de la Humanidad debido a que ha observado que si bien es cierto Cuaresma y Semana Santa es una celebración universal y sobresale en algunos países, en Guatemala tiene caracteres propios, únicos y originales que no se repiten. Es el caso de las Marchas Fúnebres que si bien es cierto las hay en España y otros países de América como Honduras, en Guatemala por sus propias características técnico musicales han dado piezas únicas de incalculable valor que sólo en nuestra tierra pudieron haber sido compuestas a partir del sepelio del Gral. Justo Rufino Barrios.

Por otra parte, el pueblo de Guatemala se olvida de sus problemas en esta época. Las clases socioeconómicas parecieran no existir. Se estrechan lazos de concordia, solidaridad y armonía en los vecindarios, lo cual es manifiesto en la realización de las monumentales alfombras que necesitan de la participación comunitaria para su diseño y realización trascendiendo el aspecto ideológico ya que se cuenta en la elaboración de las mismas como en la participación de otras expresiones como las procesiones de personas alejadas o no participantes de la religión católica pero sí inmersas en los patrones de la identidad nacional. La Cuaresma y Semana Santa es, además, un medio de subsistencia para muchos guatemaltecos que encuentran el sustento en el comercio informal y la elaboración de materia prima para las expresiones tradicionales tales como la confección de túnicas de cucuruchos, los bordados de las túnicas de las imágenes, los ramos, etc.

El fundamento de la tradición de Cuaresma y Semana Santa es cristocéntrico. Se trata de la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo cuyos pasajes principales encontramos en los cuatro evangelios. Así, la liturgia programa recordar el Cuarto Domingo de Cuaresma las Tentaciones de Jesús, razón por la cual se denomina popularmente al día “Domingo de Tentación”. El Quinto Domingo es conocido como “Domingo de Lázaro” porque se recuerda la resurrección de Lázaro.

La Semana Santa inicia con el “Domingo de Ramos” donde se recuerda la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en el que sus admiradores, al tratarlo como rey, iban con palmas, ponían en el suelo sus túnicas y lo sentaron en un burrito, signo de realeza. Los ramos recuerdan esas palmas. Existe una polémica en cuanto a denominación entre especialistas de los días anteriores al Domingo de Ramos.

Comúnmente al sábado anterior se le conoce como “Sábado de Ramos” pero los especialistas han dicho que la terminología no es correcta y debe ser “Sábado anterior a ramos”. Lo mismo sucede con los conocidos primer jueves, viernes y sábado de Cuaresma debido a que la Cuaresma no inicia viernes sino el Primer Domingo. Como son los días siguientes al Miércoles de Ceniza, los especialistas opinan deben denominarse “Jueves de Ceniza”, “Viernes de ceniza” o “Sábado de Ceniza”. Pero es cuestión de terminología que el pueblo seguirá utilizando para identificar sobretodo los ritos a los que está acostumbrado y espera ansiosamente y que en Guatemala adhiere cultos propios como la procesión de Jesús Nazareno de San José, el primer jueves, aún conocida como “Del Silencio” debido a sus características originarias. Lo cierto es que todo gira alrededor de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, razón por la cual la Semana Santa se conoce como “la Semana Mayor” siendo los días apoteósicos el Jueves y Viernes Santo y el Domingo de Resurrección.

En esos días mayores se conmemoran los aspectos más importantes de la vida de Jesús. El Jueves, la institución de la Eucaristía en la última Cena. El Viernes, la Crucifixión y muerte. El Domingo, la Resurrección. El Sábado es un día de silencio y luto donde los cristianos recuerdan cómo sería el mundo sin la presencia de su Señor y Salvador. En el Evangelio de Mateo, capítulo 14, versículos del 22 al 26 y en el Evangelio de Marcos, versículos del 14 al 50 leemos lo referente al Jueves Santo. En el Evangelio de Lucas, capítulo 23, versículos del 1 al 56, el fundamento de las costumbres y tradiciones del Viernes Santo.

Cuaresma y Semana Santa en el Centro Historico de Guatemala

1 comentario:

A. Najarro Arriola dijo...

Durante la época de Semana Santa el Centro histórico tiene un respiro de aire puro y de aromas propias de la época -comida, alfombras, incienso, etc.- que le permiten desintoxicarse del ajetreo diario, así como del indeseable "smog" contaminante que lo rodea por un año. También es un respiro de identidad religiosa, la única que une a los guatemaltecos, que ojalá esté también acompañada de una conversión que no se quede en los externo, sino que trascienda los límites humanos y cobre acción transformando el mensaje de Jesucristo de amarnos como hermanos para brindar ejemplo en la construcciòn de una sociedad justa, digna y humana. Una sociedad que algún día será la Nueva Jerusalem. ¡Bienvenida la Pascua de Resurrección!

Armando.