POR SERGIO CRUZ. Eventos sísmicos son relativamente frecuentes en Guatemala. El país se encuentra en una zona de fallas que atraviesa Guatemala y forma el límite tectónico entre la placa del Caribe y la placa Norteamericana. Esta zona de fallas se conforma principalmente por la falla de Motagua y la falla de Chixoy-Polochic.
Además, a lo largo de la costa sur-occidental de Guatemala, la placa de Cocos empuja contra la placa del Caribe, formando una zona de subducción marcada por la fosa Mesoamericana, ubicado a unos 50 kilómetros de la costa del Pacífico de Guatemala. Esta zona de subducción, que condujo a la formación del Arco Volcánico Centroamericano, es una importante fuente de actividad sísmica en alta mar y en la franja costera del suroccidente de Guatemala. Estos dos procesos tectónicos mayores han generado deformaciones en la placa del Caribe y producido zonas de falla secundarias, como la de Mixco, Jalpatagua, y Santa Catarina Pinula.
El terremoto más destructivo en la historia reciente de Guatemala fue el terremoto de 1976 con una magnitud de 7,5 Mw y un epicentro ubicado a sólo 5 km de profundidad. Este terremoto, procedente de la falla de Motagua, causó la muerte de 23.000 personas, dejando 76.000 personas heridas, y causó extensos daños materiales.
Sorprendentemente, el terremoto de 7,9 Mw3 (o 8,3 Ms)4 de 1942 -aunque mayor en magnitud- fue mucho menos destructivo, lo que se explica en parte porque ocurrió a una profundidad mayor (60 km). Un número de sismos con magnitudes relativamente bajas causaron daños mayores en áreas muy localizadas, lo que puede explicarse en parte por su hipocentro poco profundo. Así sucedió en el caso del terremoto de 1985 en Uspantán con una magnitud de 5,0 Mw y un hipocentro de 5 km, que resultó en la destrucción de 80% de los edificios en Uspantán pero no causó daños notables fuera del municipio.
Las fotografiaras corresponden al Terremoto de 1917 - 18.
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